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Homenaje a lo efímero.

Homenaje a lo efímero.

En 1658, el médico inglés Sir Thomas Browne escribió lo siguiente: “Apenas recordamos nuestras dichas, y los golpes más agudos de la pena nos dejan tan sólo punzadas efímeras. El sentido no tolera las extremidades, y los pesares nos destruyen o se destruyen. Llorar hasta volverse piedra es fábula: las aflicciones producen callosidades, las desgracias son resbaladizas, o caen como la nieve sobre nosotros; lo cual, sin embargo, no es un infeliz entumecimiento. Ignorar los males venideros, y olvidar los males pasados, es una misericordiosa disposición de la naturaleza, por la cual digerimos la mixtura de nuestros escasos y malvados días; y, al no recaer nuestros liberados sentidos en hirientes remembranzas, nuestras penas no se mantienen en carne viva por el filo de las repeticiones”.   Todo pasa. Éste es el escueto resumen que haría yo de este magnífico párrafo, del que cada frase alude a lo efímero de las emociones. “Apenas recordamos nuestras dichas”, simplemente porque pertenecen al pasado y el ser humano tiene una memoria limitada. Podemos saber que hemos tenido momentos de alegría, pero ¿podemos recordarlos con detalle? Difícilmente. “…y los golpes más agudos de la pena nos dejan tan sólo punzadas efímeras” por el mismo motivo. Sabemos que hemos tenido momentos de mucha tristeza, pero vistos desde la distancia es cuando podemos apreciar algo que en el mal momento no éramos capaces: que son pasajeros, y que una vez trascurrido el tiempo tan sólo queda eso, una punzada de emoción al recordarlos. “El sentido no tolera las extremidades…”, por eso normalmente ni las alegrías ni las penas pueden durar mucho tiempo, sino que son momentos...
Fobia a las “cuquis”.

Fobia a las “cuquis”.

Lorena tiene un miedo intenso a las cucarachas. Cuando alguien siente un miedo intenso o descontrolado a algo concreto, ya sea un objeto, animal, persona, actividad o situación, hablamos de fobia específica.  Aunque “fobia” es un término conocido por todos, no lo son tanto las consecuencias que puede acarrear en la vida de una persona padecer este miedo. Las fobias más comunes son: a ciertos animales, como cucarachas y arañas; a las alturas; a la sangre, inyecciones o heridas; a conducir; a subir en avión; a los espacios cerrados. También hay otras más raras, como a los payasos o a los botones. En realidad, hay una extensísima lista de fobias existentes. Si las viéramos en orden alfabético, hay alrededor de 50 sólo con la letra “a”. Normalmente, como hizo Lorena, las personas sólo van a la consulta del psicólogo cuando este problema les afecta en su vida cotidiana. Cuanto más le incapacite, le limite o rompa su vida normal, más ganas tendrán de superar su miedo. En el caso de Lorena, se encontraba frecuentemente con alguna cucaracha debido a que eran habituales en la zona donde vivía y le daban unos sustos enormes. Lorena realmente creía que no había nada que hacer para solucionar su problema, porque había ido a más. El objeto del miedo, en su caso las cucarachas, se convirtió en algo aterrador y ella sólo podía pensar en evitarlas a toda costa. Cuando estaba en un lugar donde cabía la posibilidad de que hubiera alguna, se sentía en alerta constante y lo pasaba muy mal. Pisarla y tirarla a la basura le suponía una terrible prueba,...
Ansiedad ante los exámenes.

Ansiedad ante los exámenes.

Es temporada de exámenes. Muchos alumnos de todos los niveles tienen que demostrar en una sola prueba que han adquirido unos conocimientos mínimos sobre la materia que han impartido sus profesores durante unos meses. Sienten que se lo juegan todo en un par de folios, y eso suele producir ansiedad. Si la ansiedad que aparece podemos describirla como estar alerta o muy activado, esto está bien y es lo deseable para afrontar la situación con éxito. Pero en el caso de Julia, siente una ansiedad patológica, excesiva, que no le ayuda a manejar la situación, sino al contrario, le boicotea. Recordemos que la ansiedad tiene un origen evolutivo adaptativo, ya que es la respuesta del organismo que le prepara para luchar o huir ante un peligro real. Como aquí realmente no hay peligro, ya no es adaptativa. Julia está pensando en posibles catástrofes antes de que ocurran y comete cuatro errores en su manera de ver la situación: 1) cree que hay más probabilidad de la que realmente hay de que ocurra lo que teme (por ejemplo, minutos antes de un examen Julia piensa “seguro que lo pondrán difícil y suspenderé”); 2) cree que lo que teme es más grave de lo que realmente es (piensa “si suspendo será horrible”, “como me toque repetirlo me muero”, “si suspendo mis padres me matan”); 3) cree que los recursos propios, los que ella tiene, son insuficientes. No confía en tener unos recursos mínimos que todos por el hecho de ser personas tenemos y cree que su control para salvar la situación y salir airosa es mínimo (“me bloquearé, me quedaré en...
¿Hasta qué punto es normal? (Parte II)

¿Hasta qué punto es normal? (Parte II)

Datos sobre el mundo: declaraciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud): *Una de cada cuatro personas padece alguna enfermedad mental a lo largo de su vida. *Cada año, 1 millón de personas aproximadamente se suicida, aunque se cree que son muchos más, puesto que los servicios médicos no suelen registrar el acontecimiento como suicidio, sino como accidente. *Se espera que en 2020 la depresión sea la causa de enfermedad número uno en el mundo desarrollado. *La depresión y la ansiedad son las principales causas de incapacidad en todo el mundo    y la cuarta parte de las visitas a los centros sanitarios. *Las enfermedades mentales representan un porcentaje superior al del cáncer y los trastornos cardiovasculares. ¿Qué conclusiones saco de estos datos? -La proporción es suficientemente alta como para dedicarle unas reflexiones. -Como más vale prevenir que curar, debemos cuidar nuestra salud psicológica mientras esté en nuestra mano. Cuidar algunos hábitos es una buena decisión para empezar. Alimentación, descanso, ejercicio, son algunas de las áreas donde tenemos control. -Otra manera de prevenir sería no sobrecargarnos de tareas, compromisos o tensión de cualquier tipo. Organizarse por prioridades y dedicar un tiempo para cada cosa de forma que no nos desbordemos. -Tener en cuenta que hay personas con cierta predisposición o vulnerabilidad genética, psicológica o ambiental. Ser conscientes de esto puede ayudar a su rápida detección cuando están empezando a sufrir los síntomas de un trastorno. -Si tratamos con alguien afectado por este tipo de dolencias, debemos procurar ser empáticos y no discriminar. Ponernos en el lugar de la persona, desterrar los mitos, los prejuicios y las percepciones estereotipadas. Algunas personas...
¿Hasta qué punto es normal? (Parte I)

¿Hasta qué punto es normal? (Parte I)

La normalidad es un concepto relativo y puede resultar difícil establecer el límite entre lo normal y lo patológico, tanto para profesionales de la salud mental como para cualquier persona en sus relaciones con otros. ¿A partir de qué punto una persona pasa de “tener rarezas” a tener un trastorno psicológico? ¿cómo saber si nuestro amigo siente tristeza o es depresión? ¿En qué momento un estado de nervios momentáneo se convierte en un trastorno de ansiedad? ¿Cómo diferenciamos a una persona con pocas habilidades comunicativas de un fóbico social? Un criterio habitual para los profesionales de la salud mental es atender a: 1) la intensidad de la emoción o del malestar de la persona, o dicho de otra forma, cómo le afecta, qué le hace sentir y qué repercusiones tiene para él/ella y 2) su frecuencia, es decir, cada cuánto tiempo aparecen los síntomas. Una forma eficaz de detectar esto es comprobando en qué medida su problema interfiere en su vida cotidiana. Qué actividades se ve obligado a dejar de hacer a causa del malestar que siente. Si no existe tal interferencia y la persona puede desempeñar todas sus funciones vitales sin sentir malestar emocional, puede hacer su vida normal sin grandes dificultades, en principio no estaríamos hablando de un trastorno mental. Sin embargo, hay infinidad de puntos medios y personas que fluctúan en el tiempo entre los estados leves y los graves, por lo que los trastornos psicológicos no son estáticos, sino muy cambiantes. Esto puede hacer que a veces sea difícil identificar los síntomas a lo largo de su evolución, tanto si se trata de personas de...
Ser empleado o desempleado: ésa es la cuestión.

Ser empleado o desempleado: ésa es la cuestión.

En mi experiencia como orientadora laboral, observé cómo los jóvenes veían mermadas sus ilusiones cuando, después de haber estudiado para especializarse, no encontraban salidas profesionales. Y cómo a los mayores, después de pasar toda la vida trabajando, les despedían y les limitaban su vida laboral antes de que hubiera terminado, dejándoles sin la principal actividad que llenaba su vida de sentido y casi sin pensión. Pero esto es algo que ya sabemos por las estadísticas, cuando nos hablan sobre las personas con más vulnerabilidad en el mercado. Lo que me pareció más interesante fue el hecho de estar en contacto con la realidad de sus vidas y las diferentes percepciones de esas realidades, que además en ocasiones coincidían bastante con mi propia visión, puesto que yo también he sido empleada y desempleada. A lo que me refiero es a cómo cambia el enfoque del día a día de una persona con y sin empleo. Voy a permitidme generalizar: La persona que tiene empleo tiene clara su misión y su rutina, cuál es su sitio, sus tareas u objetivos del día, y sus planes después del trabajo pueden ir enfocados a relajarse, a pasarlo bien o a mejorar su calidad de vida en algún aspecto. Puede apetecerle dedicar su tiempo y sus energías a probar nuevos hobbies o a variar sus actividades, como por ejemplo adquirir una bicicleta de paseo, irse de viaje en sus vacaciones, ir al cine o cenar fuera de casa. Puede plantearse nuevos proyectos vitales, como cambiar de casa, sin que ello suponga un sacrificio… En definitiva, se eleva un escalón en la famosa pirámide de necesidades...