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¿Hasta qué punto es normal? (Parte II)

¿Hasta qué punto es normal? (Parte II)

Datos sobre el mundo: declaraciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud):

*Una de cada cuatro personas padece alguna enfermedad mental a lo largo de su vida.

*Cada año, 1 millón de personas aproximadamente se suicida, aunque se cree que son muchos más, puesto que los servicios médicos no suelen registrar el acontecimiento como suicidio, sino como accidente.

*Se espera que en 2020 la depresión sea la causa de enfermedad número uno en el mundo desarrollado.

*La depresión y la ansiedad son las principales causas de incapacidad en todo el mundo    y la cuarta parte de las visitas a los centros sanitarios.

*Las enfermedades mentales representan un porcentaje superior al del cáncer y los trastornos cardiovasculares.

¿Qué conclusiones saco de estos datos?

-La proporción es suficientemente alta como para dedicarle unas reflexiones.

-Como más vale prevenir que curar, debemos cuidar nuestra salud psicológica mientras esté en nuestra mano. Cuidar algunos hábitos es una buena decisión para empezar. Alimentación, descanso, ejercicio, son algunas de las áreas donde tenemos control.

-Otra manera de prevenir sería no sobrecargarnos de tareas, compromisos o tensión de cualquier tipo. Organizarse por prioridades y dedicar un tiempo para cada cosa de forma que no nos desbordemos.

-Tener en cuenta que hay personas con cierta predisposición o vulnerabilidad genética, psicológica o ambiental. Ser conscientes de esto puede ayudar a su rápida detección cuando están empezando a sufrir los síntomas de un trastorno.

-Si tratamos con alguien afectado por este tipo de dolencias, debemos procurar ser empáticos y no discriminar. Ponernos en el lugar de la persona, desterrar los mitos, los prejuicios y las percepciones estereotipadas. Algunas personas frivolizan o actúan con condescendencia hacia personas con problemas psicológicos, como si estuvieran “por encima del bien y del mal”, seguramente como consecuencia del desconocimiento. Como los trastornos mentales son cada vez más frecuentes y se presentan en una amplia variedad de   síntomas, nos puede tocar a todos en un momento dado, y a todos nos gustaría que se nos tratara con respeto.

-Prevenir el efecto contagio: ser conscientes de que ciertos síntomas y sentimientos, como nerviosismo, insatisfacción, falta de ilusión o preocupación excesiva, en algunos periodos se propagan con rapidez entre la población. Nos mimetizamos con las actitudes de las personas que tenemos alrededor, aunque estas personas estén en circunstancias peores que las nuestras. Debemos poner en marcha nuestras habilidades y recursos personales para evitarlo.

-Ante un problema, una solución: si tenemos un problema psicológico detectado, lo mejor que podemos hacer es tomar medidas para atajarlo y evitarnos sufrimiento.

-Si tenemos a alguien cercano con un trastorno, sería buena idea buscar información sobre el mismo para saber cómo es la mejor forma de comportarse y proceder con esta persona. El conocimiento es la clave para descartar posibles interpretaciones erróneas.

-Si empezamos a sufrir un problema, mejor buscar apoyo en nuestra red social que aislarnos. Escuchar el punto de vista de las personas cercanas puede ayudarnos. Y compartir puede ser también terapéutico.

-Fomentar el buen humor y la actitud positiva nunca está de más. Como dijo Salomón,  “El ánimo es la más sana medicina”.

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