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15 hábitos saludables si te quedas sin trabajo. (III).

15 hábitos saludables si te quedas sin trabajo. (III).

En el post anterior continuábamos la lista de buenos hábitos a tener en cuenta en caso de quedarte sin trabajo. Ahora la completamos: 11.- Adquiere nuevos conocimientos y experiencias. Aprender algo nuevo puede resultar muy enriquecedor y divertido, y también puede ser útil, si eso es lo que te preocupa o lo que buscas. Vivir experiencias nuevas significa someterte a estimulación positiva que repercutirá en tu salud psicológica. Hay muchísimas opciones para aprender: un idioma, un hobby, o quizá una disciplina o algo más técnico. Se trata de buscar motivos para mantener tu motivación a flote. Imaginación al poder.  Por ejemplo, recuerda que esta zona geográfica es de mucho turismo extranjero y esto crea trabajo. Si no dispones de recursos económicos, busca en la red porque hay muchas páginas donde puedes empezar a aprender idiomas online de manera gratuita, y eso te puede impulsar para, en un momento dado, poder utilizar ese idioma en un trabajo. Si quisieras aprender una materia nueva diferente a tu profesión, puedes empezar apuntándote a cursos o talleres para desempleados. Hay numerosas asociaciones e instituciones que ofrecen cursos gratuitos variados. De esta manera puedes matar varios pájaros de un tiro, ya que te permite conocer gente interesante, reciclarte profesionalmente y además pasártelo bien. 12.- Practica ejercicio físico. Ahora que tendrás mucho tiempo libre, aprovecha para hacer más deporte del que hacías habitualmente. No hace falta que sea intenso ni que te tengas que meter en un gimnasio, porque algo moderado como caminar a buen ritmo ya es muy saludable. Puedes ir probando variantes de ejercicio hasta encontrar la duración e intensidad adecuadas para beneficiarte al máximo de sus...
15 hábitos saludables si te quedas sin trabajo. (II).

15 hábitos saludables si te quedas sin trabajo. (II).

En el post anterior repasábamos una lista de algunos buenos hábitos a tener en cuenta en caso de perder el empleo. Seguimos con ella: 4.- Habla con gente. No sólo con tus conocidos, sino con cualquiera en un momento dado. Ahora te interesa tener información de lo que se mueve en tu entorno, así que cualquier conversación puede constituir una fuente de oportunidades. En la panadería, en el mercado…, quien sabe dónde pueden comentar “pues en esta calle van a abrir una cafetería”. Y quien dice esto, dice otra cosa. Desde luego que estar solo, dándole vueltas a la mala suerte que tienes y lo injusto que es el mundo contigo, no te va a ayudar a salir de tu situación. Al revés, disminuirá tus posibilidades de salir de ella. Por el contrario, tomar un café o mantener conversaciones sinceras con colegas o amigos, puede ser una buena manera de que se acuerden de ti si por casualidad se les presenta la posibilidad de buscar a alguien para un puesto de trabajo de tu perfil. Y si no ocurre esto, al menos tendrás nuevas ideas, compartirás inquietudes y estarás al tanto de lo que se cuece en el mundo laboral. Eso sí, ojo con abusar utilizando a tus amigos para lamentarte de tu situación. Por muy amigos que sean, acabarán cansados y hartos de ti. Ellos, aunque tengan trabajo, también tienen sus problemas, y todo el mundo prefiere hablar con alguien optimista y animado que con un cenizo que todo lo ve negro. 5.- Prepara un plan de ahorro. Es probable que dispongas de prestación pero esto siempre es por un...
15 hábitos saludables si te quedas sin trabajo. (I).

15 hábitos saludables si te quedas sin trabajo. (I).

Casi todos nos tenemos que enfrentar al desempleo en algún momento de nuestra vida: los estudiantes que quieren tener algo de dinero para sus gastos; las personas que quieren completar la jornada laboral, en el caso de que trabajen a tiempo parcial, que ahora se estila mucho; o una persona asalariada desde hace veinte años en la misma empresa, que es como su casa, y que se encuentra con que de repente cierra el chiringuito. Hemos nacido y vivimos en un tiempo en el que el contrato indefinido es una utopía y nadie se jubila en la misma empresa en la que empezó a trabajar. El desempleo se ha normalizado mucho, aunque no sé si se puede decir que más que nunca, porque siempre ha habido en alguna medida. En situación de desempleo un alto porcentaje de personas vive estados de ánimo negativos y pueden ser presas de gran dolor emocional: frustración, nerviosismo, desesperanza, abatimiento, resignación, ira, sensación de vacío o de fracaso, miedo ante la incertidumbre, pesimismo, o baja autoestima. Esto implica mucha infelicidad. Cuando estas emociones se mantienen en el tiempo, gran parte de estas personas sufren agotamiento emocional y finalmente depresión al ver que no consiguen un empleo. Aceptar la situación tal cual es y pensar en que siempre se puede hacer algo para cambiarla, es un primer y gran paso en la búsqueda de soluciones. Hemos de buscar alternativas que permitan afrontar la transición con un razonable optimismo aplicado a la vida cotidiana en un ejercicio individual y social de creatividad. Hay que ser realista, también para recordar que ante todo problema siempre hay opciones...
Vivir con pasión, un gran reto para muchos.

Vivir con pasión, un gran reto para muchos.

Últimamente se ha popularizado la idea de que has de hacer lo que te apasiona, encontrar tu elemento o ponerle pasión a lo que te dediques. Estas ideas son muy inspiradoras y creo que necesarias en la realidad que vivimos, sobre todo para las personas que no tienen un empleo estable satisfactorio o no han podido conocer su vocación. La pregunta que se me ocurre a continuación es: ¿es esto posible siempre? La realidad muestra que el mercado laboral es nefasto. Cuando entras en la dinámica de trabajar en malas condiciones para pagar las mismas cosas que al final son las que te atan al trabajo… es difícil salir. El mercado invita a entrar en una “cadena de montaje” donde muchas veces las personas se sienten alienadas. Piensan “ay, si pudiera volver atrás, lo habría hecho de forma diferente…” pero ya no pueden volver atrás. Y aunque la vida puede dar otra oportunidad para empezar de cero, ¿lo harán diferente? En realidad siempre hacemos las cosas lo mejor que sabemos en cada momento. En muchos casos el fallo no creo que esté tanto en las decisiones o aspiraciones de las personas como en las condiciones laborales que imperan en la actualidad. Y eso, por mucha rabia que nos dé, no está bajo nuestro control. Así que la pasión aplicada al día a día se presenta a la mayoría de personas como un gran reto, aconsejable, pero difícil de llevar a cabo. Para empezar, de niños no se nos entrena activamente para gestionar las emociones y sentimientos, para conocernos a nosotros mismos ni para buscar y descubrir lo que nos...
Ser empleado o desempleado: ésa es la cuestión.

Ser empleado o desempleado: ésa es la cuestión.

En mi experiencia como orientadora laboral, observé cómo los jóvenes veían mermadas sus ilusiones cuando, después de haber estudiado para especializarse, no encontraban salidas profesionales. Y cómo a los mayores, después de pasar toda la vida trabajando, les despedían y les limitaban su vida laboral antes de que hubiera terminado, dejándoles sin la principal actividad que llenaba su vida de sentido y casi sin pensión. Pero esto es algo que ya sabemos por las estadísticas, cuando nos hablan sobre las personas con más vulnerabilidad en el mercado. Lo que me pareció más interesante fue el hecho de estar en contacto con la realidad de sus vidas y las diferentes percepciones de esas realidades, que además en ocasiones coincidían bastante con mi propia visión, puesto que yo también he sido empleada y desempleada. A lo que me refiero es a cómo cambia el enfoque del día a día de una persona con y sin empleo. Voy a permitidme generalizar: La persona que tiene empleo tiene clara su misión y su rutina, cuál es su sitio, sus tareas u objetivos del día, y sus planes después del trabajo pueden ir enfocados a relajarse, a pasarlo bien o a mejorar su calidad de vida en algún aspecto. Puede apetecerle dedicar su tiempo y sus energías a probar nuevos hobbies o a variar sus actividades, como por ejemplo adquirir una bicicleta de paseo, irse de viaje en sus vacaciones, ir al cine o cenar fuera de casa. Puede plantearse nuevos proyectos vitales, como cambiar de casa, sin que ello suponga un sacrificio… En definitiva, se eleva un escalón en la famosa pirámide de necesidades...